sábado, 3 de diciembre de 2011

un poema de Ramón Ataz


MUJER SOBRE UNA ROCA


En la tierra crecen montes como piernas dobladas.
Un suave sudario cosido con seda,
cubre a la pendiente que siente subir
por su piel hileras de erizos enfermos.

Detrás de algún árbol, una masa vítrea
refracta la luz
-metida a codazos entre la negrura-
lacia y sin memoria,
proyectada a ráfagas por un cielo opaco
incapaz, no obstante,
de ocultarse entero.

Si cupieran allí los ojos de los hombres,
si hallaran un hueco los de las mujeres,
si serpentearan sendas practicables
hasta el núcleo mismo de aquel laberinto,
podrían descubrirla
por fin, recostada
sobre alguna roca,
casual, cambiante,
arropando en su cuerpo al musgo que duerme
por una noche, cálido.


Ramón Ataz

5 comentarios:

  1. El poema, amigo Ramón, no puede empezar mejor, con esa imagen tan potente de las "piernas dobladas".

    Hay una delicadeza en la escritura que no excluye el misterio; una idealización que en modo alguno renuncia al "factor humano". Una capacidad poética evidente.

    Gracias por publicar aquí tu poema. Un honor, y un placer.

    Un abrazo.

    Esteban


    PD.: No puedo dejar de reseñar el tercer verso de la última estrofa, con esas "sendas practicables", que me ha parecido extraordinario en el contexto del poema.

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  2. Soy yo el que debe darte las gracias por dejarme este espacio en tu blog, Esteban, y por supuesto por la amabilidad de tu comentario.

    Un abrazo.

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  3. Un goce inconmensurable encontrar buena poesía e inteligencia.
    Mie enhorabuena a ambos.

    Un abrazo.

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  4. Estimado Perfecto:

    Gracias por pasar y dejar tus impresiones en este estupendo poema que nuestro común amigo Ramón Ataz, a quien tuve el placer de conocer en los foros de la editorial Alaire, y al que admiro sinceramente, ha tenido la gentileza de publicar en mi pequeño blog.

    Un abrazo.

    Esteban

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  5. Muchas gracias por pasar por este poema, Perfecto, y por tu constante generosidad. El poema desmerece respecto de los que lo acompañan en este blog, pero igualmente te lo agradezco.

    Y muchas gracias también a tí, Esteban, por esta oportunidad de acercarnos poéticamente.

    Un abrazo a ambos.

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