martes, 20 de marzo de 2018

pasaje aleatorio


Por el acantilado, despeñándose; el agua,
las tradiciones. Destiny en la cumbre, su figura imponente, su pensamiento
hacia el vacío, despeñándose como una piedra
piedra
piedra

Su palabra de fuego, sólida como el fuego que claudica en la rama, sólida como la ceniza
que engendra nuevas soluciones, textos coherentes. Tesis-antítesis-síntesis: la poesía tiene que doler.

Jordan ha encontrado un manuscrito, ha excavado en la ideología de la tierra y ha sacado por las hojas un tesoro
rígido, el cadáver de una obra literaria: ‘Una estrella brilla sobre Mount Morris Park’. Destiny
ha recitado un fragmento desde la cima de la meseta (que pudo ser un tramo aleatorio): «Las probabilidades
de que El libro violeta de las hadas, o cualquier otro libro de hadas, estuviera allí eran muy escasas»*.
Etcétera.

Sucede que la obra tiene corazón, exhibe sus poderes con
decisiva confianza. Es mejor leer el libro con un plano de NY a mano, porque el Parque ahora no presta
concordancia alguna con el tiempo de las grandes ciudades. Ni que pase
rodando un animal de cuatro ruedas, o gire la cabeza el humo
donado por la lejanía.

             Destiny es el ángel más: absurdo, hermoso, voluble (tachar lo que no proceda), su belleza
             estremece, recibe galardones, ramos de rosas (hay otro 
             ángel que se llama Roes); hace experimentos, sus experimentos con el amor 
             humano presentan la clave del beso en su probeta, son genéticos y les llueven sinónimos:
             prueba casta, examen de regreso, análisis de portentos.

En su punto álgido, firme, en tierra firme como una exploradora en el amargo trance del descubrimiento.
La poesía tiene que llover. El agua se desborda a ciencia cierta y es tradicional (y tan amargo) que caiga
sobre las personas en forma de otra forma, otro segmento metaforizado del índice
cotidiano de calamidades (o la cotización bursátil del cántaro de sangre).

Jordan viene a ser una poeta constante, atemoriza
al género puesto en fila, disfruta de su condición de paria inmortal, de sus trenzas y su brillo;
ha empezado a leer El Libro Violeta de las Hadas.


*Se trata de un auténtico fragmento, elegido al azar, de la obra de Henry Roth ‘Una estrella brilla sobre Mount Morris Park’.



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